Avellanas en los bolsillos
Antoni Gaudí era un hombre austero en todo. En la recta final de su vida, era casi como un asceta, y de hábitos vegetarianos en la mesa. Buen observador de la naturaleza, que usaba a modo de inspiración de todo y para todo, consumía productos simples y naturales, lo que hoy llamaríamos alimentos “poco procesados”. Los historiadores que han estudiado su vida cotidiana explican que solía llevar avellanas en los bolsillos, el fruto seco por excelencia de Reus y el Camp de Tarragona, que Gaudí conocía perfectamente desde que era un niño.